viernes, 21 de enero de 2011

Pasta aquí y pasta allá, tradúceme, tradúceme...

Se dice... se comenta...

  El pasado martes comenzó a utilizarse la traducción simultánea de las lenguas cooficiales del Estado en el Senado. Parece ser que costará unos 350.000 euros al año (12.000 € por sesión) y algunos partidos políticos nacionalistas animan a que también comience a utilizarse en el Congreso de los Diputados.

Y digo yo...

  ¿Los que han implantando este “gasto adicional” son los mismos que trabajan para sacarnos de la crisis?

  Ni que decir que hay que apoyar y respetar al máximo la diversidad lingüística que las distintas autonomías españolas con lengua propia conservan con gran arraigo… ¿pero es el momento de gastar ese dinero?

  Me parece loable que haya gente que anteponga su autonomía al país, que haya gente que no se considere del país, que Carlos Lozano regale tanto dinero con tan sólo mandar un sms a “Rico al instante”… pero si todos los componentes del Senado tienen un idioma en común con el que se entienden sin problemas, ¿es necesario gastar 12.000 € por sesión? ¿No se podrían hacer otras cosas con ese dinero, como comprarle un cerebro a Yola Berrocal o un traductor propio a Fraga?

  Joder, este tipo de cosas te hacen pensar que quizás nuestros “ideólogos” hagan ciertas cosas por su propio bien común, para contentar a sus “aliados políticos”, gastando el dinero en lo que quieren y dejando de lado los verdaderos problemas que hay, dilapidando el poquito dinero que queda sin sentido… pero bueno, supongo que me equivoco, ¿no?